En esta entrada os hablare de la teoría de “la lata abollada”
y los procesos de selección.
Imaginaos qué vais al supermercado o tienda a hacer la
compra y uno de los productos que queréis es una lata de refresco, os ponéis a
mirar las latas para elegir una y os fijáis en que hay una lata que presenta
una abolladura, seguramente no comprareis esa lata. Ahora pensad ¿Es el
contenido de esa lata (que es lo que realmente queréis) diferente o peor al del
resto de latas? La respuesta es que no, el contenido de esa lata es igual
de bueno que el de las demás pero aun así evitáis comprarla.
Cuando estamos en un proceso de selección pasa lo mismo,
tened siempre presente que no valéis menos que otros candidatos y recordad que
si os llaman para una entrevista de trabajo es porque a la empresa realmente le
interesáis porque hoy en día ninguna empresa quiere perder tiempo que es lo que
supone entrevistar a alguien que ya sabe previamente que no va a contratar.
¿Cuándo nos convertimos en esa lata abollada a los ojos de
nuestro “comprador” que es la empresa?
Esto ocurre en la fase de entregar un curriculum cuando: Nuestro currículo presenta errores ortográficos, no está bien redactado
o no tiene una foto adecuada, cuando vamos acompañados de otra persona a
entregar nuestro curriculum, cuando vamos vestidos de forma no apropiada para
la entrega del mismo…etc.
Ocurre en la fase de la entrevista cuando: Solo parecemos
interesados en la parte económica, mostramos una actitud de nerviosismo,
superioridad o indolencia delante del entrevistador, cuando no nos hemos
preparado la entrevista y por lo tanto no sabemos afrontarla correctamente…etc.
Como veis hay multitud de circunstancias que pueden llegar a
convertirnos en esa lata abollada pero recordar siempre que valéis tanto como
el resto y que poniendo esmero y dedicación a la búsqueda de empleo al final lo
conseguiréis.
Esperando que tengáis una semana provechosa me despido hasta
la siguiente entrada.
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